06 Jul
06Jul


La profe entra al aula, los chicos están conversando y no se dan cuenta de su presencia. Ella siente que le están faltando el respeto y se burlan de su presencia, lo que genera una catarata de emociones que no sabe gestionar. Se enoja, los reta, les dice que al día siguiente les tomará evaluación de 30 páginas del material de estudio y que no explicará el tema. El resto de la clase transcurre en un silencio absoluto, el aula se llena de un clima de angustia y miedo. Al día siguiente los alumnos se disculpan pero la sensación abrumadora de  hacer valer su poder y de justicia por mano propia es mucho mayor y entonces, se inclina por que se realice la evaluación. Sin tener la menor comprensión del tema, se ponen manos a la obra, la mayoría hace lo que puede, aquellos chicos más memoriosos pueden un poco más, pero la sensación en el aire los pone nerviosos. ¿El desenlace? Bochazo masivo y la celebración de esto por parte de la docente. (Resumen de una situación real)

En este breve relato puede ser que evoques algún hecho que te resulte familiar, quizás lo hayas vivido o sólo presenciado, pero sirve para ilustrar el abuso de poder por parte de quien siente que por el sólo hecho de ser mayor en edad o por encontrase en una posición de "autoridad", puede y a veces "debe" hacerse valer. Esta violencia psicológica es una de las principales expresiones de violencia en el ámbito escolar, ocupando un lugar preponderante. En ocasiones se traduce en frases como "ustedes son unos burros", "no sirven para nada", "los adolescentes no tienen valores", "por este camino no serán nada en la vida" o en las que seguramente aparecen en tu mente mientras lees. Otras tantas en evaluaciones y calificaciones subjetivas, en desvalorización de las emociones de los estudiantes, y la lista es extensa. En muchos casos, la violencia en el ambiente escolar deriva de un entorno que acepta y legitima las conductas violentas debido a la cultura arraigada de agresiones que se tiene en la sociedad, junto a la falta de una cultura de respeto a los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes. La violencia en las escuelas tiene un grave impacto en el cumplimiento de los derechos fundamentales de niñas, niños y adolescentes, pues en lo inmediato genera un bajo rendimiento académico, llegando incluso a limitar de forma grave su desarrollo pleno; en casos graves, se observa deserción escolar e incluso suicidios.

Afrontar el abuso de poder por parte de un docente en el aula puede ser especialmente delicado, pero es obligatorio abordarlo de manera adecuada para proteger los derechos y bienestar de los chicos. 

Consejos especialmente útiles para alumnos, pero también y por qué no para otros docentes, padres y cualquier miembro de la comunidad escolar:

  • Identificar el comportamiento de abuso: Reconocer claramente qué acciones o comportamientos del docente constituyen abuso de poder. Esto puede incluir trato injusto, humillación pública, favoritismo injustificado, entre otros.
  • Mantener la calma y evaluar la situación: Antes de actuar, poner en consideración si el comportamiento del docente es realmente abusivo y no simplemente una diferencia de estilo o enfoque pedagógico.
  • Documentar los incidentes: Llevar un registro detallado de cada incidente de abuso de poder, incluyendo fechas, descripción de lo sucedido y testigos presentes si los hay. Esto proporcionará evidencia concreta al decidir tomar acciones formales.
  • Hablar con el docente: Intentar abordar la situación directamente con el docente, es una opción eficaz cuando existe la sensación de seguridad y comodidad. Elegir un momento adecuado y explicarle los sentimientos con respecto al comportamiento considerado abusivo. A veces, la comunicación abierta puede resolver malentendidos o problemas.
  • Reportar formalmente: Si el abuso de poder persiste y no se resuelve de manera informal, considerar hacer un reporte formal ante las autoridades escolares. A menudo hay procedimientos establecidos para manejar quejas y denuncias, y es importante seguir estos procedimientos para garantizar que tu queja sea tratada adecuadamente.
  • Buscar apoyo: Si hablar directamente con el docente no es efectivo o se siente intimidación, buscar apoyo de otros adultos de confianza en la escuela, como otro profesor, el director o un consejero escolar. Explica la situación y pide orientación sobre cómo proceder.
  • Cuidar tu bienestar emocional: Afrontar el abuso de poder puede ser estresante y emocionalmente agotador. Buscar apoyo emocional de amigos, familiares o profesionales de la salud mental si es necesario.Abordar el abuso de poder del docente no solo es importante para el bienestar personal, sino también para promover un ambiente escolar seguro y positivo para todos los estudiantes.

¿Qué se puede hacer desde la autoridad educativa?


  1. Capacitar a los docentes en la identificación de situaciones de violencia y abuso de poder, en desarrollo de inteligencia emocional, en las nuevas perspectivas pedagógicas, entre otros. 
  2. Establecer políticas contra estas situaciones, con consecuencias claras para quienes no las respeten.
  3. Establecer canales de comunicación abiertos donde los alumnos se sientan seguros de informar los incidentes.
  4. Valorar psicológicamente a los docentes que quieran ingresar y a los que ya se encuentran en servicio.

No naturalicemos la violencia y el abuso de poder

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